¡Bienvenidos al mundo de las piedras y cristales! El New Age está extendiéndose cada más vez en una sociedad en la que la falta de conciencia humana y espiritual hace aguas. Pero en este blog no vamos a tratar asuntos sociales, si no de que los neófitos en asuntos espirituales, y no solo ellos, si no todo aquél que lleve ya tiempo enamorado de las distintas facetas con las que podemos ayudarnos a sanar, especialmente con piedras, encuentren aquí un espacio de consulta acerca de los cuidados que estas requieren. Por mi parte, comencé hará cosa de dos años y medio a interesarme por el fascinante mundo de los minerales. El primer problema con el que me topé fue que, si bien había muchos lugares dónde consultar las propiedades de estos fascinantes objetos, no todos incluían el tipo de limpieza y recarga adecuado para los distintos materiales y composiciones de los cristales. Por eso he decidido crear este blog en el que encontraréis las principales propiedades de algunas de ellas y la forma correcta de limpiar y cargar cada una.
LIMPIEZA
Lo primero que debemos hacer nada más adquirir nuestra pequeña joya es limpiarla. Esto es así porque las piedras, igual que todos los elementos de la Naturaleza, son capaces de absorber las energías de quienes los tocan y luego descargarla en su nuevo propietario. Hay que tener en cuenta que no sabemos por cuantas manos ha pasado ese trocito de la Madre Tierra hasta llegar a las nuestras y, para evitar que nos "carguemos" de energías de otras personas, es indispensable la limpieza. El primer problema con el que me topé cuando comencé a trabajar con minerales fue precisamente ese: la limpieza. Y es que por sus componentes y texturas, no todas las piedras se limpian igual. Hay muchas que no pueden ser mojadas; otras se limpian con sal, pero algunas se dañan con esta abrasiva sustancia.
Como ya he explicado, el primer paso al comprar o adquirir a nuestro pequeño aliado es la limpieza. Existen muchos tipos de limpieza y cada cual usará la que resuene más con él. En muchas ocasiones bastará con poner la piedra bajo el chorro del grifo y visualizar cómo pasa el agua a través de ella y la limpia de cargas negativas. El tiempo necesario será según el criterio de vuestra intuición.
Pero como también he comentado, muchas piedras no admiten esta solución y aquí es donde recurrimos a métodos alternativos.
Los cuatro elementos: esta limpieza, como su nombre indica, consiste en pasar el cristal por agua, aire, fuego y tierra. Aquí los "papistas" sugieren crear un pequeño altar orientado al norte con un cuenco con agua; un cuenco con tierra, una vela e incienso y recitar en cada elemento una pequeña oración. Este método tiene la ventaja de ser más rápido que los otros.
Tierra: este es mi preferido si no puedo usar el agua con sal. Este método consiste en poner vuestra piedra sobre un lecho de tierra, como una maceta, y dejarla todo el día, si se carga con sol, o toda la noche si es una piedra femenina. También se puede enterrar durante tres días y tres noches, ¡si tenéis paciencia!
Incienso: en este caso usaremos incienso de sándalo, palosanto o cualquier otro humo purificador, y pasaremos nuestro cristal siete veces por este humo o la sostendremos sobre él visualizando cómo el humo atraviesa el mineral y lo purifica. Igual que con el agua corriente, el tiempo es según vuestra intuición.
Lecho de sal: este método también lo utilizo bastante cuando quiero limpiar piedras que admiten la sal, pero no el agua. Esta forma consiste en llenar el fondo de un cuenco de cristal transparente, colocar nuestra piedra sobre la sal y dejarla cargar con la energía propicia.
Cuencos de cuarzo: existen unos magníficos cuencos de cuarzo que, además de vibrar al ser golpeados suavemente con una baqueta y sanar o equilibrar nuestros chakras bloqueados, también podemos limpiar nuestras piedras introduciéndolas en el cuenco y haciéndolo vibrar. No son baratas, pero el sonido es hipnótico y muy relajante.
Con la ayuda de drusas y algunas otras piedras: si nos hacemos con un trozo de drusa o geoda como las que se muestran en las fotos, es una excelente forma de limpiar y cargar nuestras piedras al colocarlas sobre o dentro de nuestra drusa /geoda y dejarlas a la luz de la luna o el sol. También existen piedras que en forma de canto rodado pueden limpiar a otras piedras. Estas, obviamente, no necesitan una limpieza exhaustiva. Simplemente bastará con hacerse con un puñado de ellas, hacer un círculo con las piedras auxiliadoras y colocar el mineral a limpiar en el centro. Estas piedras mágicas son: cornalina, hematites, cristal de roca (cuarzo transparente) y citrino.
Cuencos de cuarzo: existen unos magníficos cuencos de cuarzo que, además de vibrar al ser golpeados suavemente con una baqueta y sanar o equilibrar nuestros chakras bloqueados, también podemos limpiar nuestras piedras introduciéndolas en el cuenco y haciéndolo vibrar. No son baratas, pero el sonido es hipnótico y muy relajante.
Creo que me dejo algún método más, pero estos son los principales. Bueno, solo apuntar que, con las piedras que pueden ser sumergidas, la forma más rápida y eficaz, es limpiarlas en el mar o en un río. ¡Veréis cómo recuperan vida y brillo después de limpiarlas!
CARGA
El siguiente paso, consiste en averiguar si nuestra piedra se carga con energía masculina o femenina, o con ambas. Las piedras de sol también agradecen la luz selenita, aunque no ocurre lo mismo con las "noctámbulas". Este paso es importante para preservar más tiempo el cristal y para asegurarnos de que pueda ayudarnos mejor. Las piedras femeninas, si se exponen al sol pueden perder su color o estropearse. Casi todas (por no decir todas) las piedras azules suelen ser femeninas. Las piedras masculinas no presentan grandes dificultades puesto que da igual si es verano o invierno, aunque la exposición al sol durante el estío es menor (3 horas) frente al sol invernal (4 horas). Pero como buenas féminas, con las piedras nocturnas sí que debemos observar las fases lunares para proveernos de todos los beneficios de la Naturaleza que podemos obtener.
Muchos creen solo con la luna llena se pueden cargar nuestras piedras, cuando en realidad no es así. Es más, algunas de ellas, y en función de nuestras necesidades, deben ser cargadas con las distintas fases lunares. Así pues, procedamos a ver qué fase lunar nos ayudará a sacar el mayor partido a nuestras amigas.
Luna llena: esta es la luna por excelencia para recargar todos nuestros amuletos, piedras y componentes de nuestro altar, si es que lo tenemos. Cuando la luna está en su apogeo, su energía es tan fuerte que muchos de nosotros nos sentimos afectados por ella. Incluso las mareas suben bajo su influjo. Por eso esta fase lunar recargará con su magia nuestros objetos de culto.
Luna menguante: en esta fase lunar, que muchos desprecian porque la luna se encuentra en el proceso de su "muerte", en realidad nos ayudará si queremos que aquello que debemos sanar mengüe. Ya sea un dolor físico, emocional o espiritual. Por ejemplo, si queremos tratar accesos de ira, la energía de luna menguante en nuestra piedra para la cólera nos ayudará a reducirla.
Luna creciente: seguro que muchos ya habéis adivinado cómo aprovechar la energía de esta fase. En efecto; sirve para agrandar aquello que necesitamos potenciar, como puede ser nuestra intuición, autoestima o tolerancia.
Luna nueva: y llegamos a la faceta más negra y misteriosa de nuestro satélite natural: la luna nueva. Esta luna nos ayudará cuando necesitemos dar un giro de 180º (recordad que si damos uno de 360º, volvemos al lugar de partida) a nuestra vida o a nuestra actitud frente a ella. También nos sirve para "borrar" la programación de nuestras piedras si la hemos venido usando para un propósito que ya hemos arreglado. Y este asunto, precisamente, nos lleva a la utilización y programación de nuestra piedra.
PROGRAMACIÓN
Así pues, la programación es opcional. Puede que os sorprenda encontrar personas que tienen varias piezas del mismo mineral. Esto puede darse o bien puede ser por la creencia de que si utilizas tu piedra para malestares físicos, no la puedes programar para asuntos emocionales y viceversa. en mi caso, mi piedra estrella es la fluorita y la tengo en bruto, en pulsera, como lámpara... y no es porque programe mis fluoritas con un fin concreto. Simplemente es una piedra que resuena conmigo y mis funciones en la vida y por eso no puedo evitar comprarla siempre que "me llama". También es un aspecto curioso ese funcionamiento de las sabias piedras. Aquí cada uno decide si quiere programarla o no y cómo hacerlo; vuestra intuición os guiará.
USO
Ahora que nuestras piedras están limpias, cargadas y programadas, hay diversas formas de sacar el máximo provecho a nuestras piedras; podemos hacer elixires, colocarlas en los chakras que queremos equilibrar mientras meditamos o simplemente llevarlas puestas a modo de pulsera, collar, pendientes o en nuestro bolsillo simplemente. En cada entrada de las piedras que utilizo habitualmente o que forman parte de mi colección explicaré las distintas formas de uso más adecuadas a cada piedra, su limpieza, sus propiedades y la mejor forma de cargarlas. Eso sí, por mucho que las cuidemos, como sucede con todo, tienen un periodo de vida que será más o menos corto según el uso que les demos. Cuando la piedra ya está agotada o a neutralizado todas las energías negativas que puede almacenar, se romperá y será el momento de agradecerle su ayuda y enterrarla para que vuelva a su hábitat natural: la tierra.
Espero que este artículo sea útil y no os haya asustado tanta información y tantos requisitos para conservar nuestros cristalitos. Si tenéis preguntas, dudas y/o sugerencias, dejádmelas escritas en comentarios y, en la medida de lo posible, porque no soy experta, intentaré responder. ¡Qué disfrutéis al máximo del mundo de las energías y la sabiduría ancestral!
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