En esta ocasión, voy a hablaros de una piedra muy especial para mí. Mis lepidolitas llegaron a mí cuando iba a visitar a mi abuelo, el hombre más bueno que he tenido el honor de conocer, al hospital. Llevaba ingresado una semana y siempre estaban a punto de darle un alta que nunca llegó. Yo, cuando salía de visitarlo, pasaba por una de mis tiendas de piedras favoritas. En una de esas ocasiones vi una lámina brillante de color violáceo y plateado y no dude en coger una. Cuando me fijé en el nombre me extrañé de no haberla oído mencionar. Vi que en otra de las cestitas había la misma piedra, en pulido. Aquel fragmento de mineral formado por motas blancas y púrpuras también se sedujo y compré la misma piedra en los dos formatos. Poco imaginaba yo porque me habían llamado tan poderosamente. No muchos días después, nos llamaron del hospital para informarnos de que mi abuelo había empeorado y lo habían conectado a una máquina con respiración asistida. Se nos iba. Me mantuvo en pie la idea de que tenía que hacer que lo que le quedaba con nosotros fuese lo más leve para él. No consentía que nadie llorase cerca de él porque no quería que se diese cuenta de la verdad. No quería que estuviera asustado. Intentaba estar a solas con él para darle Reiki y aliviar su agonía, pero era casi imposible. Al día siguiente, antes de volver al hospital, cogí la lepidolita y la coloqué bajo su espalda disimuladamente. Tenía la convicción de que aquella piedra le daría calma y paz para afrontar su marcha. Él, como bueno gallego, no creía en meigas, pero sabía que de haberlas, haílas. Mi intuición me hizo escoger lo que después supe que era una piedra de transición. Aunque no se cita entre sus propiedades la de ayudar a moribundos a dejarse ir sin miedo, morir no deja de ser una transición, y estoy convencida de que la lepidolita le llevó paz ante el cambio al que fue un padre para mí, ya que el biológico desapareció mucho antes de yo naciera. No podría haber tenido un padre mejor.
PROPIEDADES:
-Cuando la encontramos en mica, su formación natural en forma de láminas, aumenta exponencialmente su capacidad de limpiar las ondas electromagnéticas y las energías densas, tanto del ambiente como las que emanamos nosotros mismos.
-Activa los chakras garganta, corazón y tercer ojo eliminando los bloqueos que podamos tener para comunicarnos con el Universo y abrirnos a la conciencia cósmica cuando nos sentimos alejados de ella.
-Al activar estos tres chakras, también facilita viajes chamánicos y astrales y nos ayuda a la hora de abrir los registros akáshicos.
-Puede llegar a revelar en sueños o durante la meditación qué pensamiento o sentimientos de otras vidas nos están bloqueando en nuestra vida actual, y también puede mostrar las repercusiones en el futuro si no los sanamos.
-Reduce los pensamientos obsesivos, el desaliento y el insomnio cuando son causa y/o efecto del estrés y la depresión.
-Al contener también litio, trata los cambios de humor y actitudes bipolares.
-Nos libra de todo tipo de dependencias, tanto físicas como el tabaco, el alcohol y demás sustancias adictivas, como en relaciones en las que hay codependencia.
-Nos ayuda a lograr nuestros objetivos sin ayudas externas.
-Como mineral lila estimula la mente con lo que veremos nuestro intelecto más fuerte y seremos capaces de tomar decisiones basadas en el análisis. Así, nos capacita para intervenciones objetivas y más rápidas, sin tanta indecisión.
-A nivel físico, vibra con suavidad cuando la colocamos sobre el lugar que nos causa dolor o en el que se origina la enfermedad. Alivia las alergias, fortalece el sistema inmunitario y reestructura el ADN. También elimina el agotamiento mental, la epilepsia y el Alzheimer. Es excelente para las mujeres en la menopausia.
CÓMO USARLA
Podemos hacer un elixir con ella, mediante el método indirecto, ya que contiene aluminio, para aliviar los síntomas de la menopausia.
También puedes llevarla contigo en forma de adorno para tratar los chakras o colocarla bajo la almohada para dormir mejor y recibir esos sueños que te indican lo que arrastras de otras vidas.
LIMPIEZA Y CARGA
La lepidolita puede ser sumergida en agua con sal, o puedes limpiarla mediante los otros métodos descritos en el artículo de Introducción al mundo de las piedras.
Para cargarla, usaremos la luna o Reiki.
ADVERTENCIA: Las piedras solo son una ayuda para nuestros propósitos. No curan por sí solas a nivel físico o psicológico, ni podremos canalizar o limpiar energías si no hemos aprendido las técnicas adecuadas. A nivel emocional, si queremos trabajar asuntos como la autoestima, la ira o las ideas limitantes, la piedra por sí sola no hace milagros; ellas solo pueden ayudar a los que se ayudan.
Para realizar estas fichas me sirvo de La biblia de los cristales y de mis propias indagaciones en distintas páginas webs, además de la información compartida con profesionales.
Bibliografía:
HALL, Judy: La biblia de los cristales. Vol. I; Gaia Ediciones, Madrid:2005
Otras fuentes:
Otras fuentes:
https://www.facebook.com/omdaratarrega/
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